¡Pobrecillo mío! Si Kafka levantara la cabeza la volvería a enterrar. O se disolvería instantáneamente con un aullido de terror. Su hombre en el laberinto era un juego de niños al lado del laberinto que hemos creado con internet y la dichosa globalización.
Para encontrar este pobre blog..., tengo que hacer magia de primer orden. Ni tags, ni títulos, ni ..., peras en almíbar.
Con mi primer blog todo fue como una seda, puse uno de los títulos más afortunados, colocándome prácticamente primera en mi clase. Pero éste..., ¡no hay manera! Está perdido y bien perdido entre tanta publicación. Internet obra sus misterios de manera indescifrable. En serio. Será..., ¿es?, un matrix a tope revolutions, un misterio mayor que el de la Santísima Trinidad que tan revolucionados tiene a la grey de anticlericales de Yahoo. De ahí mi nuevo libro, "Dios está en la naturaleza y el diablo en Internet".
"Con el miedo en los talones".
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