domingo, 12 de diciembre de 2010

¡NOS HA TOCADO! Episodio 2.

 Se habían mudado a un hotel en Barcelona. Carlos andaba enfurruñado porque oficialmente se habían ido a Melide, en A Coruña, a visitar a la familia de su madre y se veía obligado a dejar a su grupo de amigos y amigotes. Podía seguir yendo a la facultad en Barcelona sin problemas pero la desconexión con la gente del barrio en su Sant Cugat del alma era total.
-¡Joder, mama! Que Lara está muy cabreada y me ha mandado a la mierda.
-¡Ya te dije que me echaras la culpa!
-Pero que no se cree que nos vayamos todos porque la tía Leonor se ha puesto mala. ¡Anda que el papa y tú sois buenos como para dejar que falte a las clases!
-Dile que ya le contaras todo a la vuelta.
-¿Qué vuelta, gilipollas?
-¡No le hables así a tu hermana!
-¡Imbécil!
-¡Para ya, Marta! ¡A veces eres tan cría como él! Y tú. Se supone que volveremos algún día. No nos vamos a quedar allí.
-¿Y por qué no se lo puedo contar ahora? –insistió Carlos.
-Porque todavía no tenemos decidido nada, idiota.
-¡Marta!
-¡Es que es corto de narices, joder mama! No sé ni cómo sigue en la universidad…
-¡Estudiando, tonta del culo, no como otras!
-Oye tío, que yo ya tengo mi título.
-Sí, fíjate lorito, auxiliar de veterinaria.
-Ayudante técnico veterinario, si no te sabe mal.
-Sí, sí, lo que tú digas.
-¡Callaros los dos! ¿No tienes nada que hacer Marta?
Jordi y Trini se decidieron pronto. Tal como estaba la situación había buenas oportunidades y adquirieron unos chalets en construcción en Arenys de Mar, rodeados de pinos y con vistas al mar. Un sueño hecho realidad. Uno para cada hija y otro para ellos, reservando la planta de arriba como apartamento para Carlos.
Marta andaba loca. Ya no tenía que coger el piso de protección oficial ni comprarse un vestido de novia en rebajas ni limitarse a pasar una semana en Nueva York aprovechando algún ofertón como luna de miel. Pero Jordi empezaba a pensar que las extravagancias en que pensaba la menor de sus hijas podrían llegar a acabar con los 27 millones de euros.
¿Viaje a
Bali al hotel Four Seasons como los famosos? ¿Vestido de novia por encargo a Lorenzo Caprile, el diseñador, como mínimo? Y, ¿dónde querría celebrar la boda a ese paso? ¿En la capilla Sixtina?
La bomba cayó un martes al mediodía, mientras se disponían a comer en la casa que habían alquilado hasta que tuvieran las suyas a punto.
-¡Ay papa! Fíjate qué avión, ¡qué chulada!
-¿Y para qué quieres un avión? –miedo le daba preguntarlo.
-No, si no lo quiero –Jordi respiró aliviado-. Es un jet privado de alquiler.
Y le puso debajo de las narices el anuncio de la compañía Med Seas.

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